El uso de props o accesorios en la práctica de asanas, es una de las cosas que caracteriza al yoga iyengar. El maestro B.K.S. Iyengar introdujo el uso de accesorios en su práctica con la intención de mejorar y perfeccionar su propia práctica.

¿Qué beneficios aportan los props en la práctica de asanas?
El correcto uso de los props en yoga genera diversos beneficios durante la práctica, como: mejorar la alineación, brindar mayor estabilidad o enraizamiento, mejorar la precisión o prolongar la permanencia en las asanas, nos permiten ir más profundo en la práctica y también favorecen el aprendizaje del practicante. Así lo explica el maestro B.K.S. Iyengar: “… el alumno entiende y aprende más rápido el asana con soporte porque el cerebro permanece pasivo. A través del cerebro pasivo uno aprende a estar alerta en cuerpo y mente.” (Tomado de: Eyal Shifroni, Props para Yoga, volumen 1: Asanas de pie, 2015, p. XI).
Hay quienes dicen que el uso de props genera dependencia y que subsecuentemente los practicantes no podrán prescindir de ellos, pero ésto no es así, las posturas también deben experimentarse sin props siempre que sea seguro hacerlo, porque también es cierto que los props pueden brindar el soporte adecuado para practicar alguna postura que por alguna condición física implique cierto riesgo si se practica sin props.
Motivos para no usar props:
Cuando comencé a practicar yoga, sobra aclarar que no tenía nada claro lo que hacía, me resulataba extraña la enseñanza. Los maestros nos solicitaban pararnos de manos o de cabeza usando una pared como soporte. ¿por qué? ¿para qué me serviría?.
Antes de practicar yoga, yo había practicado por años capoeira y estaba acostumbrado a realizar acrobacias en piso duro sin ninguna protección ni soporte, claro que trataba de realizar lo que mis maestros de yoga Iyengar me pedían de la mejor manera, pero me seguía sintiendo atrapado, como una sensación de que yo podía hacer más, de hacerlo mejor, de no necesitar la pared.
Era como el niño que ansioso por no usar rueditas en la bicicleta, cae una y otra vez sin cesar, obstinado y gritándole a mamá orgulloso de si mismo: ¡Mira mamá, sin rueditas!
Bien es cierto que en aquellos días podía mantenerme unos segundos parado de manos sin pared ni soporte alguno, pero también es cierto que, no lo hacía con una alineación sana y ni hablemos de la poca estabilidad en la postura. Con el tiempo, siempre escuchando a mis maestros, fui comprendiendo que tenía y sigo teniendo mucho que aprender para practicar adho mukha vrksasana y que la pared es un gran elemento para tomarse el tiempo de experimentar, notar e ir mejorando en la acciones de la postura.
Ahora que comienzo a compartir la práctica como maestro, veo en algunos alumnos, mi reflejo en aquellos días en que abría por primera vez las puertas de cristal en los estudios de Yoga Iyengar, extrañado de la necesidad de utilizar props en la práctica. Acostumbrados a la práctica de asana sin props, algunos me han confesado que sienten que les estorban los apoyos y otros simplemente quieren sentir que lo pueden hacer todo sin usar ningún elemento externo a su cuerpo, pero éstas situaciones se deben superar en aras del aprendizaje.
En mi caso personal yo necesité primero escuchar a mis maestros, luego, soltar mi necesidad egótica de sentir que lo puedo hacer todo sin accesorios, y luego abrirme a las sensaciones de mi cuerpo guiado por mis excelentes maestros, nuevamente regresar a escuchar a mis maestros, una y otra vez, hasta que me di cuenta que los props ayudaban en mi aprendizaje.
Quizá no sea la mejor analogía, pero, ¡Gracias maestros por enseñarme a usar las rueditas!, ahora aunque soy capaz de experimentar muchas posturas sin props, seguiré regresando a mis rueditas y por supuesto a sus enseñanzas y guía una y otra vez.
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